jueves, 29 de enero de 2009

FOOD NATION


Una breve actualización para agradecer a los votantes de la segunda encuesta...

Agradecemos sobre todos a quienes dieron un poco de apoyo a otras sublimaciones que desde ahora llamaremos "no convencionales"... ¿porqué? Porque el misterio ha sido develado, y más que develado, ha sido confirmado:

LA COMIDA ES LA FORMA DE SUBLIMACIÓN QUE MÁS NOS INTERESA!!!!... NO SE PUEDE PARAR!


Para aquel 14 de febrero en soledad, para esas tardes de domingo, o cualquier viernes a la noche acompañado de esas canciones que te ayudan a cortarte las venas (pronto agradeceremos la lista que nos dará una fiel seguidora del blog).... ¿QUÉ MEJOR QUE UN CUARTITO DE HELADO?

Hoy esto será breve, ya que una docena de facturas y unos alfajores están esperándonos...

Gracias por seguir este espacio, muy pronto más actualizaciones sobre nuestros corazones solitarios...

jueves, 22 de enero de 2009

Resultados de primer encuesta, y el famoso dilema clásico.

Sorpresa fue para la mutual ver los resultados de esta primer encuesta que realizamos. A saber:

IN LOVE TOTAL CORRESPONDIDO: 6 (46%)

IN LOVE TOTAL Y NO ME DA BOLA: 1 (7%)

LOVELESS: 3 (23%)

ALONE QUE NO PARO CON EL HELADO: 2 (15%)

OTRO: 1 (7%)

La mayoría de la gente que se acercó a nuestro espacio, está enamorado/a y es correspondio/a!!! Increíble!!! ¿Y qué hacen aquí? ¿Es a propósito? ¿Es cómo esas veces que uno se siente mal por estar solo y va a un lugar y todos están en pareja? ¿O como cuando uno se sienta en el colectivo y siempre le toca al lado una parejita mimosa que no para con los arrumacos?

Y no... no fallaron las categorías como decía alguien, porque si sumáramos LOVELESS y ALONE QUE NO PARO CON EL HELADO, nos daría 38%... sigue siendo menos que el 46% de IN LOVE TOTAL CORRESPONDIDO!!

¿Cómo pudo habernos pasado esto?

Es por eso, que decidimos saltear algunos temas, e ir a un tema muy duro y oscuro, sobre el cual muchos de los que han clickeado la opción tortolítica no querrán hacerse cargo: EL DILEMA CLÁSICO.

Es muy conocida por todos la frase: "Mejor solo que mal acompañado". No hay nada nuevo en ella. Pero gran parte de la gente no la aplica.
Semanas atrás escuchaba a un amigo contar cómo vacacionaba con amigos, salía y hacía la suya: pero tiene novia. "Estamos re bien", alega él. Y yo no puedo dejar de pensar que está mintiendo, y no mintiendo al mundo, sino a sí mismo!!!. Eso era, claramente, estar con alguien para no estar solo.

¿Cuántas personas están con alguien solo por estar porque no pueden aguantar su soledad? ¿Cuántos se ponen de novios sistemáticamente con personas porque no pueden atravesar ni un tercio de lo que los solteros estamos viviendo?
¿Eh!? ¿Cuantas veces pasa esto?

¿Qué les pasa? ¿No les gustará el helado como a nosotros? ¿serán celíacos?

Estamos seguros que a medida que ustedes leen esto piensan no en uno, sino en miles de conocidos que los rodean que están en esta situación. HE ahí, señores míos, lo que llamaremos el DILEMA CLÁSICO.

¿Estar o no estar...? ¡Esa es la cuestión!

Y sí señores... de alguna forma teníamos que desquitarnos... esperamos que la próxima encuesta tenga resultados más felices para los solos... ¡Basta de refregarnos sus parejas en las narices! Somos fervientes creedores de que no casi siempre, sino siempre, ¡ES MEJOR LOVELESS QUE MAL CORRESPONDIDO!

martes, 20 de enero de 2009

La sublimación y el reemplazo del amor

El asunto de hoy comienza temprano por la mañana, en una visita que hice a la dietética (y si… el “empiezo el lunes” a veces se convierte en martes… ya conocemos esa postergación). Allí, inspeccionando, me di cuenta como los naturistas, los integrales, reemplazan en cierta forma el sabor del chocolate por el de algarroba. Así, uno puede elegir entre brownies, budines, galletitas, que parecen de chocolate pero no lo son…

Así, comenzó el dilema con la analogía instantánea:

¿Qué cosas hacemos para reemplazar el amor?

¿Y para reemplazar el sexo?

¿Con qué tapamos esa energía de deseo de alguien que nos diga cosas bellas al oído y nos tome la mano mientras hacemos cucharita?

En el psicoanálisis, Sigmund Freud introdujo el concepto de SUBLIMACIÓN. La sublimación es uno de los mecanismos de defensa de la psiquis, que consiste en cambiar el objeto pulsional, del deseo, del sujeto por otro objeto, desexualizándolo. La sublimación es como una forma de engañar a nuestra consciencia para llevar a cabo el deseo sublimado. De esta forma se deriva el deseo y se realiza, o se intenta, por otro camino….


Así, comenzó el estudio psico-sociológico:

¿Qué cosas hacemos para “sublimar” esa energía sexual y/o amorosa a la cual nuestra soledad no permite dar rienda suelta?

La primer respuesta, obvia en el momento del dilema, era “ir a la dietética y comprar comida que nos haga sentir mejor”… pero abrimos los canales de comunicación y preguntamos a muchos conocidos y queridos de la mutual.

Aquí, hoy, compartimos muchas de las respuestas:

- Primero, lo básico. El autoerotismo. Sin embargo, creemos que no reemplaza nada ya que es algo que debería acompañarnos a lo largo de la vida (¿o no? Ya tenemos para una nueva entrada…).

- El preferido de casi todos. La comida. Los atracones. La compulsión. ¿El mayor exponente y más votado? El cuartito de helado… cada caloría ingresada en el cuerpo se siente a veces hasta mejor que el sexo y el amor juntos. Además, algunos de quienes optan por el helado juran sentir que el frío “apaga ese fuego interno que está al borde las llamas”.

- El gimnasio. En todas sus formas, estilos y movimientos. Allí, podremos sentir la descarga física a todo trapo. Casi como tener sexo. “Casi como”… salvo que ir al gimnasio es, para el 95% de quienes respondieron esto, un sufrimiento la mayoría de las veces…

- Salidas con amigos. Muy difícil no convertirlas en una búsqueda de la cita perfecta, en que no sean “salidas de levante”. Pero siempre repetiremos: ¿Quién nos entiende mejor que nuestros amigos? Los grandes reemplazantes del amor… compañeros de vida. Base de esta mutual… sino, nadie podría salir adelante…

- Para los potentados: Adicciones. Todo vale en la búsqueda de algo que tape nuestra soledad. ¿El cigarrillo? Un simple básico. ¿El alcohol? Un posible ridículo con final resacoso que nos recuerde aún más la soledad. ¿Drogas? Para aquellos con más poder adquisitivo… pero aquí en este blog no apoyamos esta opción última (solo reflejamos los resultados de nuestras investigaciones). La situación actual de la economía, sabemos que no ayuda en lo más mínimo a nuestros corazones solitarios… ¡es tan difícil sublimar sin gastar dinero!

- Ir al cine. Leer un buen libro. Lo que por ahí llamaríamos “hobbies”. Escuchar muchas personas respondiendo esto, no podemos dejar de decir, que ¡¡¡nos sorprendió bastante!!!. Y encima los muy incrédulos dijeron que “hacerlos solos es mejor”… ¡no se los cree nadie! ¿para qué leen esto sino?.

- Para los más adinerados aún. El tarjetazo. Las compras compulsivas. Ropa, objetos, cds, dvds, todo puede ser en esta opción… Sin duda creemos que es un alto tapador de angustia… ¡esperen quietitos su aguinaldo y prueben hacerlo! ¡100% resultados efectivos! Más que una opción, ¡una receta infalible!

- Seguir series extranjeras o programas de televisión. A veces puede bordear el índice de salud, pero muchas veces no… Conocemos gente sola que hasta se va de un encuentro social (posiblemente exitoso para encontrar el amor) por ser la hora de su programa favorito… o peor aún, ¡¡¡volver loca a la madre u otras personas para que se lo grabe!!! ¡Así, no!

- Uno de los peores: la adicción al trabajo. “Workoholics”.Este nadie lo dijo espontáneamente, ya que por lo general quienes ejecutan esta opción, no son claramente concientes de la energía sublimada y sublimante… ¡Muy terrible! Sabemos todos que es imposible la siguiente ecuación:

energía sexual o amorosa = energía laboral…

- Cursos de toda índole. Y no sólo hace referencia a cursos de autoyuda o sectas varias. Cursos de pintura, artes, cine, poesía, computación, idiomas, etc… ¡TODO VALE!! Sin embargo, creemos que es una de las opciones más saludables, ya que ingresar a un nuevo entorno… implica gente nueva y la posibilidad de resolver, de una vez por todas, nuestra soledad….

Muchas más podían ser las opciones…

¿Se les ocurre otra que no hayamos contemplado? Hagan sus aportes… Y hagan también un mea culpa y piensen, reflexionen:

¿Es factible la sublimación de todo esto que nunca sucede y tanto deseamos? ¿Son reemplazos válidos?

No desesperen quijotes, y sólo por hoy, sigamos pensando que los molinos de viento, son malignos gigantes contra los cuales seguiremos luchando para ser felices…

lunes, 19 de enero de 2009

Metástasis de la soledad e índices de salud

La anécdota llegó a mis oídos hace muy poco, y le sucedió a una amiga. No importa nombre, quién, o cuándo…. Las anécdotas aquí se convierten en lemas e historias que nos ayudan a reflexionar sobre nuestro frío recorrido en busca de nuestra media naranja. O al menos, de un juguito que nos haga pasar este verano tan caluroso (que solo nos sirve para recordar el contraste que hace con nuestro gélido corazón)…

La anécdota de uno o una de nosotros, es la de todos. Por eso ya somos como una mutual (aún nadie se anima a portar credencial que recuerde constantemente y perpetúe la soledad… ¿pero estamos lejos de eso? mmm)… Comencemos.

Ella está enamorada. ¿Él de ella?. No lo sabemos aún. Pero ella ya no sabe qué hacer para leer todos los indicios que él da (el análisis de puntuación en los mensajitos que él manda ya es más que exhaustivo, un punto o una coma pueden querer decir mundo en las pautas de seducción). Ayer, llega a nuestros oídos este momento cúlmine de la historia. Él la invita a merendar. Ella, tímidamente, nos confiesa que ya es la tercera vez que se juntan a merendar (creemos que temía confesar que estuvieron solos dos veces en su casa y aún no ha pasado nada… un índice que no sabemos bien cómo ella sigue leyendo como “hay onda, a él le gusta esperar”)…

De golpe, y como si nada, él le dice que se tiene que ir. Ella, es presa de la desilusión.

-“Me doy una duchita y nos vamos”. El alma le retorna al cuerpo. Al menos escuchar el caer de las gotas de la ducha de su amado a lo lejos la mantiene viva.

Pasa un rato. Ella, trata de hacerse la relajada en su living, y de ver si ve algún índice que la conmueva. Pero ni siquiera le encuentra un cd que ella tenga. Ni eso. Y allí sucede el dilema. Ella se mueve y logra darse cuenta de algo: ÉL SE ESTÁ DUCHANDO CON LA PUERTA ABIERTA.

Hasta aquí, la anécdota. Pero ahora, abramos al debate. ¿Es un simple hippie desprejuiciado? ¿Está tirando inescrupulosamente onda? ¿Es un histérico que la está incitando a que ella de ese difícil primer paso? ¿O dejar la puerta abierta ya fue un primer paso de él?.

Allí, sin tapujo, surge la pregunta para nuestra heroína solitaria: “¿Y vos que hiciste? Tenías que de una entrar el baño, sacarte la ropa, e ingresar al agua con él!”. Mientras ejecuto estas preguntas pienso: ¿Es el mejor momento para conocer a alguien la ducha? ¿Ducharse con alguien así de entrada no sería mucho? ¿El cuerpo no queda demasiado expuesto? ¿Y a los hombres, les conviene (recordemos que el agua es un altísimo refractor de masa genital)?

Ella, en seguida, me contesta que ni loca, que no iba a hacer eso, que ni en pedo iba a tomar ese tipo de iniciativa o algo similar.

Y allí nace la verdadera cuestión.

Le pregunto: “Pero pará!!!!! Decime que al menos en algún lugar conciente o inconsciente te hiciste la pregunta, en ese minutito, de si hacerlo o no, de si tenías que entrar o no… digamos que si al menos estas acciones no ejecutables se hicieron un lugar en la fantasía”. Ella, dios gracias, me contesta que por supuesto su mente fue una licuadora de fantasías y movimientos, más allá de no haber podido hacer más que temblar y esperar que finalice la ducha de su amado (a quien ni siquiera, al final del cuento, vio en toalla).

Allí, con una ternura abismal, confieso: “Que suerte, al menos no te hizo metástasis la soledad”.

Podemos estar solos, solas. Podemos no encontrar a la persona indicada. Podemos sufrir, llorar, sentir que somos Bridget Jones en versión latina y que nada nos sale bien. Pero siempre seguimos soñando, apostando, tratando de avanzar. Remamos, a veces en el cemento, remamos en falso… pero la soledad, al menos aún, se maneja en los índices de salud si seguimos apostando a que nos sigan lastimando. Aún, al menos hasta ahora, la maldita no ha hecho metástasis en nuestras almas solitarias…

Pd. voten en la encuesta que pronto daremos resultados y escribiremos sobre ello!

miércoles, 14 de enero de 2009

Los mensaje siempre llegan...

¿Cómo manejamos la falta de interés del otro en nosotros?
¿Cómo llevamos adelante el hecho de no ser del gusto de quien nos atrae?
¿Porqué creemos siempre que no nos quieren volver a ver porque no gustamos? ¿Somos tan egocéntricos? ¿Todo tiene que ver con nosotros?
¿Podría, realmente "no ser su momento", "estar para otra cosa", "estar buscando algo diferente"?

Muchas preguntas que me hice, luego de ver el estado de desesperación de una amiga...

Nos encontrábamos en una heladería, entre cuatro, sublimando la angustia de un domingo a la noche con un cuartito de helado (cada uno!)... Y sí, es una de las pocas maneras que encontramos para superar ese momento dominguero donde el índice de suicidios es más alto de lo habitual (¡estadísticas reales extraídas de la filosofía urbana!)...

Un círculo claramente vicioso:
SOLEDAD + HELADO SUBLIMANTE = GORDURA
por regla transitiva... GORDURA = SOLEDAD NUEVAMENTE

Pero bueno, esa es otra historia...
Mi amiga desesperada, estaba convencida de haber creído encontrar a su media naranja el fin de semana anterior. Hubo besos, manos, más que abrazos, y hasta palpaciones por debajo de la ropa (todas instancias previas a ese momento tan glorioso denominado "puerteo")... Ella, feliz de haber sido fiel a "no tener sexo en la primera cita", intercambió celulares con el susodicho y pasó un domingo feliz, uno de esos pocos donde las canciones en la radio no recuerdan un vago y difuso y recuerdo o nuestro reflejo solitario en el espejo, sino una cara real y concisa, de alguien que había palpado gran parte de su cuerpo.
Soñadora, idealista, una quijote... había llegado el amor.

Pasados tres días, y presa de la desesperación, mandó un primer mensaje relajado. Se sentó a esperar ala respuesta, y a la hora ya estaba de la boina tratando de inventar cosas para no pensar en esa respuesta que no llegaba: "Quizás está en el gimnasio y aún no vio el teléfono... quizá no tiene señal... quizá, quizá, quizá..."

Los días pasaron... y presa de la falta de respuesta decidió volver a mandar un mensaje.
Digo yo: ¿Porqué no nos animamos a llamar directamente? Creo que las historias se dividen en dos clases: aquellas donde alguien se anima a llamar al otro, y aquellas donde la virtualidad y el exceso de tecnología (msn, facebook, mensajito, etc) se convierten en una falla demoníaca que destruye nuestras almas y nos hunde en un círculo vicioso más siniestro que el que explicaba antes de los helados y los kilos demás...
Pero sin caer en la pavada de que "tantas herramientas para comunicarnos nos incomunican más" (dejo eso a los especialistas que tanto aman hablar de eso), confieso debido a nuestros propios datos empíricos que el primer tipo de historias son las que funcionan. QUIENES HABLAN. QUIENES DAN LA CARA.

Mi amiga, desesperada, y con los helados de por medio, se dispuso a mandar el tercer mensaje: EL SONDEO FINAL. Tipeó frases estúpidas y alegó que haría creer que se había confundido de destinatario... pero dos horas pasaron y no hubo noticias (sí, antes de que digan algo ¡ estuvimos casi cuatro horas en esa heladería! ¡somos gente sola y sublimante!). La pobre terminó alegando que él era mala persona, ya que ni siquiera había tenido el tupé de decirle: "ese mensaje era para otra persona".... una cuestión, según ella: HUMANA.

Pero el gran error, el misterio, y la locura se develaron al final de la noche. Mi amiga tocó fondo y cayó en un lugar común que todos hemos visitado. Nos contó que mandaría el último, el último lo juraba y se dispuso a tipear: "Mis mensajes te llegan?"... la inquirimos en su error y como una estúpida nos dijo: "Quizá mi mensajito no le llegó... a veces no llegan... con una amiga mía..."

Hicimos un silencio pausado. Nos miramos entre el resto y casi a coro le dijimos una de esas verdades crudas que nadie quiere oir:

"LOS MENSAJES SIEMPRE LLEGAN".

No dimos el brazo a torcer. Por suerte, tenía nuestro amor incondicional para atravesar este momento..

¿Porqué nos inventamos esta fantasía? ¿Realmente creemos que hay un mundo paralelo de mensajitos perdido que no han llegado? Sí, el 0,00001% de las veces lo mensajes no llegan, ¿pero justo solo no llegan a quienes nos interesan? Aquí Murphy no se aplica señores... "los mensajes siempre llegan", y tenemos que estar dispuestos a aceptar esa realidad.

Claro, nunca nos tocó estar del lado de quien no contesta, sino de aquel quijote que sueña que los mensajitos, quizá, por una vez, no llegaron al destinatario y "por eso no nos contesta"...

La angustia fue tal que, finalizada la frase y luego de seguir repitiendo nuestro nuevo lema ("los mensajes siempre llegan"), nos pedimos un cucurucho para sumar a ese tan rico cuartito...

¡Qué suerte que para pedir helado no hay que mandar mensajitos!